Seguramente ya habrá escuchado que los homosexuales y simpatizantes del homosexualismo creen y expresan públicamente que los cristianos somos homofóbicos. Este adjetivo que a muchos escandaliza y hace sentir mal debe ser analizado para saber qué tan cierto es que los cristianos somos o no homófobos.

En primer lugar tenemos que definir qué significa la palabra homofobia, lo cual no es una tarea fácil. Los expertos en psicología y sociología no llegan a un acuerdo sobre el concepto específico y lo que abarca, incluso muchos eruditos en el tema afirman que la homofobia no existe como tal ya que literalmente homofobia significa miedo a los homosexuales y no puede ser incluida dentro de las fobias que padecen las personas como por ejemplo la aracnofobia que es el miedo a las arañas, la claustrofobia que es el miedo a los lugares pequeños y sin espacio o la acrofobia que es el miedo a las alturas entre otros más trastornos que pueden sufrir mucha gente.

Aunque en términos generales no existe ese miedo a los homosexuales y por lo tanto la homofobia no existe en ese sentido, el significado que se le da a esta palabra actualmente es la aversión, rabia, desprecio y repulsión hacía la homosexualidad y los practicantes de esta preferencia sexual. Teniendo en cuenta este concepto vamos a analizar entonces si los cristianos somos o no homófobos, pero antes, creo conveniente definir una pregunta mucho más importante y que define este tema de manera radical. La pregunta es sencilla pero poderosa: ¿Es Dios homofóbico? ¿Qué piensa Dios sobre la homosexualidad.

¿Es Dios homofóbico?

Saber si Dios detesta a los homosexuales y si aprueba la homosexualidad es la mejor manera de empezar a responder nuestra pregunta porque lo que Dios piense sobre este tema es lo que por ende todos los cristianos deben pensar y creer, ya que no se puede ser cristiano si se piensa diferente a lo que Dios establece en su Palabra. Si alguien piensa diferente a como Dios piensa, entonces esa persona no tiene a Dios, no es su hija y menos no ha nacido de nuevo, pues los cristianos creemos en Dios y obedecemos todo lo que está escrito en la Biblia sea cual sea el tema. Por eso, tenemos que ir al Libro Santo para ver lo que Dios ha determinado sobre este tema.

Lo que conocemos de Dios es lo que ÉL nos reveló en su Sagrada Palabra. Sobre el tema de la homosexualidad ÉL lo siguiente:

No te acostarás con un hombre como se hace con una mujer; es una cosa aborrecible.Levíticos 18:22. BLPH.

De este versículo deducimos dos cosas. La primera: Que está prohibido tener sexo con otro hombre como si fuera una mujer. La segunda: Que el sexo entre dos hombres es abominable, detestable para Dios.

Muchos siglos después, Dios nos aclara que a su Reino está prohibida la entrada de los pecadores, entre ellos los afeminados y homosexuales.

«¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales”. 1 Corintios 6:9 LBLA

Existen otros versículos más en donde Dios manifiesta de forma clara que él detesta la homosexualidad. Para ver una lista más amplia, por favor lea el siguiente artículo: http://protestantedigital.com/magacin/14536/Versiculos_biblicos_sobre_la_homosexualidad

Aparte de lo que ya hemos visto, tenemos que saber que los homosexuales, al igual que los mentirosos, ladrones, borrachos, fornicarios, asesinos y demás pecadores o todo aquel que no le haga caso a Dios está bajo su ira.

«Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días.» Salmo 7: 11 RVR

El rostro del Señor está contra los que hacen el mal, para borrar de la tierra su memoria”. Salmos 24:16 NBD.

De hecho, todos los pecadores, obviamente, entre ellos los homosexuales son enemigos de Dios como encontramos en el siguiente texto en donde San Pablo nos aclara que los cristianos antes de nuestra conversión éramos enemigos de Dios al ser pecadores.

«Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando Reconciliados, seremos salvos por su vida.» Romanos 5:10 RVR

Creo que los pasajes bíblicos son muy claros y no hace falta explicarlos, por eso, podemos afirmar con base en el concepto que se maneja hoy día sobre la homofobia que Dios odia, detesta, está enojado y furioso contra todos los homosexuales del mundo porque no puede soportar ni tolerar la homosexualidad.

Entonces podemos concluir lo siguiente:

  • Dios prohibió la homosexualidad.

  • Dios detesta la homosexualidad.

  • Dios está enojado y tiene rabia contra los homosexuales.

  • Dios no va a dejar entrar en su Reino a los homosexuales.

  • Dios va a castigar a los homosexuales.

Tenga en cuenta que lo mismo se puede decir de los demás pecadores. Dios aborrece a los asesinos, a los fornicadores, a los políticos corruptos, a los que juran falsamente, a los ladrones, etcétera. No podemos pensar que este odio de Dios hacia la homosexualidad es exclusivo para este grupo de personas sino que es una posición general hacia todos los que hacen el mal.

Entonces ¿Somos homofóbicos los cristianos?

Si usted cree que Dios le ha salvado a través de Jesucristo y has sido convertido en una nueva persona, entonces de manera automática sabrá y creerá que los cristianos sí somos homófobos pues Dios aborrece el homosexualismo. No hay punto de discusión y sí tienen razón los homosexuales cuando afirman que los cristianos tenemos homofobia.

Ahora bien, el odiar el homosexualismo y luchar contra este pecado, así como luchamos contra los demás pecados no implica que no respetamos la vida de cada homosexual y que los maltratamos por el hecho de ser homosexuales. Tampoco significa que no les hablamos amablemente y que no reconocemos ni defendemos los derechos civiles que tienen como seres humanos dentro de la sociedad. Por ejemplo: Es un derecho acceder a la educación. Como cristianos entendemos y defendemos el derecho que tienen todas las personas sean homosexuales o no de estudiar y superarse intelectualmente. Respetamos además que tienen derecho a la salud, a una pensión a cualquier otro derecho fundamente como cualquier otra persona, eso nadie se los está negando porque sean homosexuales.

Antes del alboroto que han creado los grupos defensores de estos pecadores, los homosexuales tenían los mismos derechos que cualquier heterosexual. Fueran pecadores o no, todos tenían los mismos beneficios civiles que el gobierno otorgaba a cada ciudadano, el asunto se ha vuelto polémico porque esta gente quiere que todo el mundo simpatice con lo que ellos hacen y entonces a cualquiera que les diga la verdad sobre el homosexualismo y noten que piensa diferente, ya lo califican como retrasado, déspota y homofóbico, pero en un sentido peyorativo.

Todos los cristianos detestamos la homosexualidad y nuevamente repito, en este sentido somos homofóbicos, tal como Dios nos lo enseña en su Palabra, pero esto no implica que si una lesbiana me habla y me pide un favor se lo voy a negar. Todo lo contrario, sé que actuaré con amabilidad y la trataré como una mujer igual que las demás. Esto lo puedo afirmar con certeza. En mi vida he tenido compañeros de estudio y trabajo homosexuales y a ninguno he humillado o irrespetado. Siempre hemos compartido tiempo, hablado, comido sentados en la misma mesa, reído juntos y muchas acciones más en el desarrollo de nuestras actividades escolares y laborales. Todos ellos pueden testificar de mi amabilidad y espíritu altruista, no obstante, en el momento en que hay que establecer si estamos o no de acuerdo con lo que hacen en su vida sexual, hay que enunciar claramente que detestamos ese comportamiento y que se deben arrepentir de su pecado para entrar al reino de Dios. Si ellos prefieren seguir en su pecado, asumirán las consecuencias de su decisión.

Para concluir podemos decir que como cristianos, vemos a los homosexuales como Dios los ve, como pecadores que son sus enemigos y necesitan arrepentirse para alcanzar la misericordia de Dios, pero esto no indica que andamos buscando homosexuales para matarlos y que los maltratamos. Todo lo contrario, como cristianos si tenemos que dar la vida por ellos, lo haremos en cumplimiento de la gran orden de Dios de ir a predicar el evangelio a todos los habitantes de la tierra.