¡Gracias Dios: Padre Celestial por todo!

Tú eres el único Dios, creador del universo, sustentador de todo lo que existe y gran salvador de tú pueblo. Tú eres mi Rey y mi único dueño. Te alabaré para siempre porque me creaste con ese propósito. Solo tú me sustentas y me proteges. Solo tú me guías y me pastoreas.

No tengo palabras para agradecerte o describir todo lo maravilloso que eres conmigo y con toda tu creación. Eres especial, misericordioso, justo, perfecto, correcto en todo, nunca te equivocas, todo ya lo tienes planificado y nada se sale de tus planes. Gracias por permitirme conocerte y vivir para tí.

Gracias por enviar a tu hijo Jesús a morir y resucitar para otorgarnos la salvación y la garantía de una vida eterna contigo. Sé que ya soy inmortal y que solo la muerte o tu regreso me separan de estar contigo por siempre.

Te necesito en todo y anhelo que tu Santo Espíritu siempre viva en mi y me guíe a tomar siempre las mejores decisiones. Anhelo ser perfecto y llevar una vida santa que impacte a las personas que me rodean. Solo contigo es posible reflejar a Cristo en mi comportamiento.

Padre, dame siempre amor, sabiduria, fuerza para obedecer tu Palabra y santidad.

Te amo Dios Eterno, Dios de Israel.